INFINITOS RETRATOS DE UNA MIRADA
Dicen que la pintura surgió
para el observador curioso, que busca y pregunta, cómo se organiza el mundo a
través de las formas y los colores. Otros comentan la versión contraria: la
obra interroga al espectador sobre la composición de su mundo particular. La pintura
observa la historia y a los hombres. El principio y fin de crear deberá ser
buscar y preguntar; transitar un recorrido y salirse en busca de lo próximo. El
arte no evoluciona, transcurre y desaloja sus caminos. Uno observa y es
observado y en el juego de las miradas mutuas
y silenciosa la obra de ROGER RODRÍGUEZ
permite el laberinto y el reflejo; reconocernos y perdernos a través del
color, en manchas de mano libre del artista, procura caminos laberínticos y en
este cruce se construye otro relato, reflejo variable, como el mundo del hombre
sin determinar en palabras los caminos que recorrer
María Soledad García
Historia del
Arte – Universidad de la Plata Argentina 2001
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